Es fundamental identificar el problema específico y la raíz del conflicto. Esto permite abordarlo de manera adecuada y efectiva, evitando malentendidos.
Fomenta la comunicación directa y respetuosa entre vecinos. Una conversación honesta puede resolver muchos conflictos antes de que escalen.
Considera la mediación como una herramienta para resolver disputas. Un mediador neutral puede ayudar a encontrar soluciones satisfactorias para ambas partes.
Establecer y seguir normas claras y justas es esencial. Un reglamento interno bien definido previene conflictos y asegura un entorno pacífico.
En casos donde la mediación no es suficiente, involucra a la administración del condominio. Ellos tienen la autoridad y los recursos para intervenir y resolver problemas mayores.
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